Siempre caminamos grandes jardines llevando en el corazón aroma de cada flor, y estas flores a su vez se abren, irradian un perfume diferente con llamativos colores que
perduran, luego se reciben frutos, donde se alimentan los más grandes. Se llena de una paz interior, reflejada en cada sonrisa y reconocimientos.
Una persona maravillosa que dedico su vida a la educación y con méritos y aplausos hoy dice adiós al magisterio pero no a educación.